Las medallas de los Juegos Olímpicos de 2020 (ahora 2021) en Tokio, están hechas de aparatos electrónicos reciclados, incluyendo teléfonos móviles, cámaras digitales, juegos y ordenadores portátiles.
Para ello, en el año 2014 Japón recuperó 143 kg de oro, 1.566 kg de plata y 1.112 toneladas de cobre, un componente esencial en el bronce, todo sacado de la basura electrónica, para lo cual se implantó un sistema de recolección para basura electrónica de consumo, y aprobó una ley en 2013 que obliga al reciclaje de electrodomésticos.
Todo ello como parte de los esfuerzos para hacer de los Juegos Olímpicos de verano de 2020 los juegos más respetuosos con el medio ambiente y sostenibles hasta la fecha. El proyecto recibió donaciones de 1.300 instituciones educativas y 2.100 tiendas de electrónica en Japón. El país también instaló cajas amarillas para donaciones en las oficinas de correos y en las esquinas de las calles de todo el país, mientras que una asociación permitió a los consumidores donar sus teléfonos viejos.
Las medallas no son la única forma en que Japón está intentando realizar los juegos más respetuosos con el medio ambiente que el mundo ha visto. Los uniformes para el relevo de la antorcha olímpica se fabrican en parte con botellas de plástico recicladas, mientras que los podios de la ceremonia de victoria se elaboran con plástico reciclado de desecho doméstico y marino.
Los ciudadanos de Japón contribuyeron con unas 45 toneladas de plástico de sus hogares para desarrollar los 100 podios.
Periodista Marco Tulio Vega.