Fue el primero en correr a auxiliar a Christian Eriksen, lo puso en la posición correcta, apuró a los médicos, fue y se encargó de calmar a la esposa del jugador, ordenó a sus compañeros de la selección danesa a hacer una barrera que tapara la situación y evitara a fotógrafos y televisión realizar tomas inapropiadas y dio una muestra al mundo de cómo se dignifica el ejercicio de la capitanía de un equipo.
En escenas profundamente angustiantes, el capitán de Dinamarca, Simon Kjaer, aseguró el cuello de Eriksen, despejó sus ondas de radio y administró RCP (reanimación cardiopulmonar, un procedimiento de emergencia para salvar vidas que se realiza cuando alguien ha dejado de respirar o el corazón ha cesado de palpitar), al mediocampista del Inter de Milán antes de que los médicos llegaran al lugar.
Fue evidente a través de las tomas televisivas la actitud valiente, decidida y racional mostrada por Simon Kjaer, quien hizo todo lo que había que hacer antes de la llegada de los médicos y apenas les vio llegar, dejó todo en manos de los profesionales.
Una vez la situación estuvo en control de los médicos y mientras todos los miembros de la selección danesa hacían círculo alrededor de Eriksen pero de espaldas a él, sin atreverse a mirar, se vio cómo el capital Simon Kjaer permanecía de frente a la atención del afectado, sin perder la calma y atento a cualquier otra cosa que fuera necesaria realizar, como lo evidencia la gráfica con la cual acompañamos esta nota.
Instantes después Simon Kjaer volvió a sacar fuerzas y en una nueva reacción admirable se desplazó al encuentro de la pareja de Eriksen, Sabrina Kvist Jensen, quien había saltado al césped aterrorizada y llorando. Kjaer, junto a Schmeichel, se acercó a ella, la trató de tranquilizar, la abrazó y le transmitió un poco de sus propias fuerzas.
Son enseñanzas, lecciones de la vida. Momentos que no se piensa puedan ocurrir… Una muestra más de que la vida hay que vivirla y hacerlo de la mejor manera. El incidente del pasado sábado es para darnos cuenta de lo frágil que es la vida y lo rápido que podemos perder a un ser querido.
Y en la parte deportiva, lo que decíamos antes: ¡tremenda lección! Ser capitán, no se trata simplemente de portar un gafete o un distintivo. A partir de ahora, eso es enseñanza, no debe pasar desapercibida esta loable demostración de Simon Kjaer. Y por otro lado, el mensaje que debe quedar, acerca de lo importante que somos “todos para cada uno” porque en esto del pasado sábado, Simon Kjaer contribuyó a salvar la vida de su amigo y compañero de selección, siendo ambos jugadores de dos equipos de rivalidad máxima en Italia. Simon Kjaer del Milan y Christian Eriksen del Inter. Amigos de Radio Sinfonola, Está claro ¿verdad ?

Periodista Marco Tulio Vega.

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