Un nuevo modelo financiero surge en el deporte femenino y avanza de manera firme.
La semana pasada en los Estados Unidos se anunció una inversión de $ 3.5 millones por parte de varias entidades y jugadoras de la WNBA como Elena Delle Donne y Arike Agunbowale, además de la jugadora de hockey sobre hielo Hilary Knight.
También la semana pasada, Alex Ovechkin de la NHL, encabezó un grupo de inversionistas en el club NWSL de Washington, The Spirit, con mujeres como Chelsea Clinton, Jenna Hagar Bush, la gimnasta Dominique Dawes y la arquera de los 99ers Brianna Scurry.
La tenista Naomi Osaka ha invertido en el Coraje de Carolina del Norte. La actriz Natalie Portman, Serena Williams y las 99ers Mía Hamm y Julie Foudy están en el equipo Angel City FC de Los Ángeles. La jugadora de hockey sobre hielo con medalla de oro Kendall Coyne Schofield y Sarah Spain de ESPN se han presentado para los Chicago Red Stars.
En todo este movimiento son atletas quienes están al frente de las inversiones largamente esperadas en los deportes femeninos, en particular mujeres que experimentaron las desigualdades que les acompañan a ser pioneras.
Jullie Foudy, medallista de oro y analista de ESPN desde hace mucho tiempo, se ha expandido mucho más allá del fútbol y tiene un podcast llamado Laughter Permitted. Como jugadora, ella y sus compañeras de equipo desafiaron a US Soccer a celebrar la Copa del Mundo de 1999 en lugares más grandes como el Giants Stadium y el Rose Bowl. Después de convertirse en locutora, ha visto la misma desgana en algunos rincones a la hora de cubrir los deportes femeninos.
El cambio está en la audiencia. El año pasado, cuando la WNBA y la NWSL jugaron en burbujas durante el inicio de la pandemia, atrajeron a los espectadores. “Para NWSL hubo un aumento del 500 por ciento en la audiencia”, dijo Foudy. “Veo que estamos empezando a ver un cambio”, añadió.
Todo esto deja claro lo que está sucediendo y es que, después de años de esperar a que los guardianes de los deportes, las emisoras y los patrocinadores vean el potencial del juego, las atletas están haciendo las inversiones ellas mismas.
“Se nota lo radical que es el cambio en el punto de vista cuando las mujeres en estas ligas no son rarezas para ser probadas y empaquetadas en el mercado. No necesitan ser agradables para las audiencias masculinas a las que los locutores utilizan para vender publicidad, simplemente pueden reproducir, que es lo que entiende esta nueva clase de propietarios”, añade Jullie Foudy.
“Los deportes femeninos no pueden evitar la discusión sobre la equidad. A lo largo de los siglos, a las mujeres se les ha prohibido practicar deportes, se les ha atacado por la fuerza en las pistas de maratón, se las ha pagado deliberadamente mal, se las ha objetivado, se las ha humillado y se les ha sometido a pruebas de género. Aunque nos gusta pensar que hemos evolucionado, la mera presencia de una mujer en un campo deportivo es un acto más político que, digamos, ponerse un delantal”, señala Sarah Spain.
Se desprende de todo esto que hemos recopilado y ordenado para la lectura de todos ustedes en esta web de Radio Sinfonola, que como consecuencia de lo vivido en el mundo durante el 2020 y este 2021 con el COVID-19, estas atletas y dirigentes femeninas en los Estados Unidos han visto el momento preciso entre tanto parón de actividades, para evaluar lo que realmente importa y verlo diferente; asimismo, manejarlo y proyectarlo de distinta forma. De ahí esta inversión en cadena que se viene generando y que según parece, va para mucho más…

Periodista Marco Tulio Vega.

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