Cuando hay fe y se lucha, la vida premia, después de tanto sufrimiento.
Alan Ruschel fue uno de los sobrevivientes de la tragedia aérea del equipo brasileño de fútbol Chapecoense, ocurrida en 2016, y de aquellos 22 integrantes, fue el único jugador que pudo continuar con su carrera.
Se tuvo que someter a varias operaciones y también a una larga rehabilitación, hasta que logró cumplir su meta de volver a las canchas casi un año después del accidente.
Fue así como en 2019 firmó para el Club de Fútbol Goiás y ahí empezó de nuevo a mostrar sus condiciones futbolísticas. Al cabo de un torneo con el equipo, pudo haber elegido cualquier otro club en la Primera División, porque le aparecieron múltiples y muy buenas ofertas, pero cuando el Chapecoense descendió, entonces él decidió volver a su antigua casa para tratar de ayudarlos a regresar al máximo circuito lo más pronto posible.
El certamen fue duro y difícil, pero al final, con el importante aporte del jugador Alan Ruschel, los del Chapecoense han conseguido el pasado fin de semana el objetivo al consagrarse campeones de la Serie B de Brasil, por diferencia de goles gracias a un tanto de último minuto.
Fue una noche tremendamente emotiva para el club y los aficionados. Una vez conseguida la gesta todos miraban al cielo para dedicar esta gesta a los 71 compañeros y amigos que perecieron en el accidente aéreo de 2016. Un homenaje póstumo cargado de simbolismo y emoción. El encargado de levantar el trofeo fue Alan Ruchel capitán del equipo y único futbolista superviviente de aquella tragedia.
Una demostración de lo que pueden cambiar las cosas cuando ponemos fe, actitud y lucha por los objetivos en la vida.
Periodista Marco Tulio Vega.
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